12 de junio «Día Mundial contra el Trabajo Infantil»

12 de junio «Día Mundial contra el Trabajo Infantil»

En nuestra región la utilización de niños, niñas y adolescentes como fuerza laboral se presenta como una realidad persistente y estructural, con causas que hunden sus raíces en la estructura económica y social del continente.

En ocasión de la Primera Reunión Iberoamericana Tripartita de Nivel Ministerial sobre Erradicación del Trabajo Infantil, realizada el 8 y 9 de mayo de 1997, en la ciudad de Cartagena de Indias, las autoridades allí reunidas citaban datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para denunciar que:

“aunque no se dispone de unas estadísticas comparables en todos los países de la región, (…) en promedio 1 de cada 5 niños es económicamente activo (se estima que, aproximadamente, entre 15 y 18 millones de niños trabajan en la región); cifra que se correlaciona con los altos índices de inasistencia, deserción y repitencia escolar y con los altos niveles de pobreza”[1]

En 2015, las Naciones Unidas impulsaban en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) la adopción de medidas para:

 “erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, de aquí a 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas” (ODS).

Datos recientes de la OIT, señalan que en las Américas, son aún 10,7 millones los niños, niñas y adolescentes los que se encuentran realizando alguna forma de trabajo infantil, de los cuales 6,5 millones lo hacen en trabajos considerados de alto riesgo.

A nivel global la situación es similar, si bien en el 2000 eran 246 millones las niñas y los niños que realizaban trabajo infantil y hoy son 152 millones, las proyecciones a 2025 no cumplen ni remotamente con los objetivos trazados de erradicación de toda forma de trabajo infantil.

El trabajo doméstico es otra modalidad de trabajo infantil, muchas veces invisibilizada. Sin contar con datos específicos para las Américas, sabemos que a nivel mundial 54 millones de niñas y niños de entre 5 y 14 años realizan tareas domésticas durante por lo menos 21 horas por semana, teniendo un claro sesgo de género siendo las niñas las 2/3 partes del total.

A la luz de estas dificultades, parece clave visualizar el fenómeno del trabajo infantil en sus causas sustantivas, de modo que la política pública pueda diseñar acciones que lo erradiquen desde sus fundamentos.

El trabajo infantil es una de las tantas realidades que conspiran contra el presente y el futuro de nuestras infancias. Su persistencia remarca la vigencia y necesidad de redoblar esfuerzos en uno de los lineamientos de la Declaración de Cartagena de Indias: “diseñar y poner en marcha Planes Nacionales de Acción para la Erradicación del Trabajo Infantil”[2].

 

[1] http://www.ilo.org/ipec/Informationresources/WCMS_IPEC_PUB_11252/lang–es/index.htm

[2] Idem