18 de diciembre – Día Internacional del Migrante

18 de diciembre – Día Internacional del Migrante

 

El 4 de diciembre de 2000, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 18 de diciembre como el “Día Internacional del Migrante”, a través de la resolución 55/93[1], reafirmando su compromiso con la protección de los derechos humanos de las personas migrantes.

La migración internacional es un fenómeno de amplio alcance y de alta complejidad, que alcanza a la mayoría de los países del mundo. La Organización Internacional de las Migraciones indica que actualmente hay unos 272 millones de migrantes internacionales en el mundo, lo que representa el 3,5% de la población mundial[2]. La movilidad humana no es un fenómeno nuevo en la historia de la humanidad; los seres humanos hemos migrado desde siempre; trasladándonos de un lugar a otro, por múltiples motivos.

Nuestro continente se constituyó con base en un conjunto de intercambios poblacionales, que consolidaron el entramado cultural diverso que lo caracteriza, y hoy en día podemos decir que el fenómeno de la movilidad humana no le es ajeno a ninguno de los países de la región, en tanto la gran mayoría son estados expulsores o de retorno, de tránsito o de recepción de migrantes y refugiados/as, lo que indica que solo una acción conjunta y coordinada es posible para garantizar los derechos de los millones de personas que se encuentran en situación de movilidad humana.

De estos desplazamientos también participan niños, niñas y adolescentes que migran con sus familias y muchas veces emprenden la travesía de migrar sin acompañamiento alguno. Es fundamental abordar las causas estructurales que provocan la migración de niños, niñas y adolescentes. La falta de oportunidades en las comunidades de origen es una de las principales motivaciones que llevan a que niños, niñas, adolescentes y sus familias abandonen sus hogares. La violencia, la pobreza y los conflictos armados expulsan a millones de niños, niñas y adolescentes de sus países de origen.

La situación de doble vulnerabilidad en la que se encuentran niños, niñas y adolescentes migrantes y refugiados/as se ha profundizado en el contexto de la pandemia provocada por el COVID-19.

La pérdida de empleos o la dificultad de acceder a uno por parte de sus familiares ha redundado en pérdidas de ingreso en los hogares, lo cual deja expuestos a niños, niñas y adolescentes a explotación laboral.

El cierre de las escuelas repercutió en todos los niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, la educación a distancia ha exacerbado las desigualdades existentes, ya que los niños, niñas y adolescentes de familias más pobres, tales como los migrantes y refugiados/as, no siempre tienen acceso a las tecnologías digitales necesarias.

Por otra parte, las medidas de restricción de movilidad y cierre de fronteras implementadas por los Estados para contener la propagación del virus han detenido en muchas ocasiones el trayecto de niños, niñas y adolescentes migrantes acompañados y no acompañados. Muchos de ellos han quedado varados en áreas cercanas a las fronteras, en donde han sido expuestos a manifestaciones xenófobas por parte de las comunidades de tránsito, siendo acusados de llevar la enfermedad y de facilitar su propagación y, en otros casos, se ha visto vulnerado su derecho a la reunificación familiar.

En este sentido, es válido recordar el llamado del Consejo Directivo del IIN[3] a fortalecer sus sistemas para proteger los derechos de niños, niñas y adolescentes migrantes y a desarrollar acciones conjuntas que permitan un trabajo articulado entre países de origen, tránsito y destino.

Las niñas, niños y adolescentes migrantes viajan también con sus derechos, éstos no desaparecen al cruzar una frontera. En este Día Internacional del Migrante, y especialmente en los tiempos de especial dificultad, es imprescindible ratificar el compromiso con su protección.

[1] https://documents-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/N00/565/00/PDF/N0056500.pdf?OpenElement

[2] wmr_2020_es.pdf

[3] http://www.iin.oea.org/pdf-iin/Resoluciones/ES/RES7-Ninez-Migrante-no-acompanada.pdf