Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas
23 de septiembre «Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas»
Tras dos años de emergencia sanitaria, el mundo está volviendo a la “normalidad”. Mucho se ha reflexionado y posteriormente demostrado sobre los efectos que el “contexto COVID-19” tuvo en niñas, niños y adolescentes. Desde una mirada amplia, posicionados desde el Paradigma de la Protección Integral, cabe destacar dos elementos que quedaron evidenciados: la interdependencia de los derechos y la invisibilzación de la infancia como sujeto social, con la consecuente no consideración de su interés superior como principio orientador de las acciones que les afectan. En este sentido, la “vuelta a la normalidad” supone no solo el desafío sino también la oportunidad de repensar las acciones de promoción y protección de derechos de niñas, niños y adolescentes y el rol de los diferentes garantes -Estado, familia y comunidad- en ellas.
En materia de explotación sexual y trata, el “contexto COVID 19” incrementó la vulnerabilidad de niñas, niños y adolescentes, en la medida en que favoreció la aparición o recrudecimiento de muchos de los factores identificados como contribuyentes o predispontes: vulnerabilidad económica e insatisfacción de necesidades básica, derivada de la crisis y pérdida de empleo de los adultos referentes, ante lo que emerge la Explotación Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes (ESNNA) como estrategia de sobrevivencia; tolerancia social, reflejada en creencias que admiten estas prácticas como fuente de ingresos y/o como acciones esperables en determinado sector social; problemas a nivel intrafamiliar, que afectan las capacidades de cuidado; cierre o limitación de espacios de protección (escuela, salud) y del sistema de protección en general; y explotadores que aprovechan la vulnerabilidad a su favor.
La expresión de los fenómenos, en cuanto a modalidades y escenarios, también cambió. Así, se identifican espacios que se presentaron como de mayor vulnerabilidad durante la pandemia (como el entorno digital y los procesos migratorios, en su mayoría irregulares por el cierre de fronteras) o que se presentan de tal forma en este nuevo contexto de reactivación (como los viajes y el turismo).
De allí la importancia de que los distintos garantes asuman, fortalezcan y reorienten su rol en este nuevo contexto. La familia como primer ámbito de protección. La comunidad toda como entorno protector. El sector privado (crucial en materia de Internet y viajes y turismo) ofreciendo y gestionando servicios que sean respetuosos de los derechos humanos de sus usuarios. El Estado, actuando como garante último de los derechos y como promotor, desde la política pública, de acciones que orienten, faciliten o regulen el rol de los otros garantes.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional contra la Explotación Sexual y Trata de Personas, desde el Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (IIN-OEA) destacamos la necesidad de continuar trabajando por la protección y promoción de los derechos de niñas, niños y adolescentes frente a estos fenómenos, reconociendo y atendiendo el impacto ocasionado por la pandemia y, sobre todo, aprovechando la oportunidad de asumir un nuevo enfoque de intervención. Como se dijo, el actual contexto de re-apertura y reconstrucción de los modelos de desarrollo de los Estados, se presenta como un escenario favorable para repensar la protección de niñas, niños y adolescentes como elemento central de las acciones. Por ello, se invita a los Estados, y a todos los garantes, a promover políticas donde la garantía y protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes sea un elemento estructurante, no tangencial.