ESNNA a través de matrimonios y/o relaciones de hecho forzosas
Explotación sexual de niñas, niños y adolescentes a través de matrimonios y/o relaciones de hecho forzosas
La Explotación Sexual de Niñas, Niños y Adolescentes (ESNNA) es una violación fundamental de los derechos de esta población, con incidencia a nivel mundial, y que asume diversas modalidades o formas de expresión en los territorios. Todas ellas tienen un elemento en común: la presencia de por lo menos un/a adulto/a que utiliza a un niño, niña o adolescente con fines sexuales, brindando una remuneración o promesa de ésta a él/ella o a tercero(s). Se trata de una práctica naturalizada en las construcciones sociales y culturales del mundo. Pero existe una modalidad de ESNNA en particular que se encuentra con fuerza arraigada en las prácticas y modelos culturales y relacionales, que tiene que ver con los matrimonios y/o relaciones de hecho forzosas.
Se denomina de este modo a las “relaciones de pareja, formales o de hecho, que se establecen entre niñas, niños y adolescentes y adultos significativamente mayores que ellas/os, que incluyen actividades sexuales y esconden un intercambio/retribución económica o de otra índole, tanto para sí como para la familia” (IIN, 2021, p. 5). En estas situaciones se establecen vínculos basados en una clara desigualdad de poder (económico, de gratificación, de conocimiento, entre otros), lo que anula toda posibilidad de consentimiento y negociación igualitaria (IIN, 2021).
El intercambio o retribución que se genera no siempre es explícito y tangible, lo que contribuye a invisibilizar la explotación y legitimar socialmente estas relaciones. La mayoría de estos vínculos entre adultos y adolescentes (mayoritariamente mujeres) presenta una retribución simbólica; sostenida en la posibilidad de un mejor futuro, el sentirse reconocido por alguien, u obtener un lugar donde vivir alternativo a la residencia de origen. Continúa instalado en el imaginario social y colectivo de algunas regiones o comunidades que la unión con un adulto es una garantía de protección y salvaguarda para las contrayentes jóvenes, así como también para sus familias, brindando un mejor porvenir. En ocasiones, incluso, se establece como lo “esperable”, repitiendo patrones históricamente establecidos en los modelos familiares.
El hecho de contar con legislaciones nacionales que permitan llevar adelante uniones formales/matrimonios entre adolescentes y adultos también contribuye a la invisibilización de esta práctica como violenta y vulneradora, y a la naturalización social respecto a estos vínculos.
Se estima que el 23% de las niñas en América Latina y el Caribe están casadas o en unión de hecho antes de los 18 años, lo que supone una proporción de 1 de cada 4 mujeres jóvenes en este tipo de relaciones. 1 de cada 5 niñas-esposas contrajo matrimonio, formal o de hecho, con un hombre al menos 10 años mayor; y 8 de cada 10 son madres antes de alcanzar la mayoría de edad (UNICEF, 2019).
Los vínculos establecidos a través de matrimonios infantiles-forzados generan consecuencias e impactos en el desarrollo de las/os niñas/os y adolescentes como sujetos. No sólo provoca daño y/o sufrimiento físico, psíquico o sexual, con consecuencias en su desarrollo personal, sino que también repercute negativamente en la capacidad de ejercicio del pleno de derechos (CEDAW/C/GC/31/CRC/C/GC/18, 2014, párrafo 20). Las adolescentes víctimas de estas relaciones sufren situaciones de abuso y violencias por las características del vínculo en sí mismo, por la desigualdad de poder; se desvinculan de manera temprana de los centros educativos y espacios de protección; con frecuencia viven una maternidad adolescente forzada; y ven limitadas sus posibilidades de desarrollo futuro.
En su Nota Temática N° 1/23 el Programa de Cooperación Interamericano para la Prevención y Erradicación de la Explotación Sexual, Tráfico y Trata de niños, niñas y adolescentes reflexiona sobre el fenómeno de la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes a través de matrimonios y/o relaciones de hecho forzosas.
